“Tú en mí es vivir / como estando en el cielo sin figura”.
Con un poemario marcado por el deseo de ver a Dios y por la conciencia de quien se reconoce mendigo de luz, Jesús Martínez García (Segovia, 1957) recibe el XLV Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, anunciado en la Universitat Abat Oliba CEU de Barcelona, ciudad que por primera vez acoge el acto de proclamación.
Su obra, Contemplaciones, desarrolla un itinerario interior articulado en cuatro partes (Al amor, Otra vida, De la Tierra, Mujeres del Evangelio), mediante sonetos, liras y poemas en verso libre que configuran un ascenso amoroso hacia un Dios cercano.
Una edición con participación excepcional
Esta XLV edición registra una participación excepcional: 435 obras procedentes de 30 países, cerca de un centenar más que en la convocatoria de mayor concurrencia.
La amplitud geográfica y el aumento de participantes confirman la proyección internacional del Premio y el interés que la poesía mística —entendida como una de las expresiones más plenas y transfiguradoras de lo humano, lejos de ser fenómeno extraordinario y más bien raíz secreta del decir humano— sigue despertando en ámbitos literarios y académicos.
Mención de Honor: Carta desde la sombra de las glicinas
La Mención de Honor se concede por unanimidad a Carta desde la sombra de las glicinas, del escritor hispanista surcoreano Han Muk, un poemario de oración y contemplación cuyos versos parecen susurrados, generando un silencio sonoro que acompaña y envuelve la lectura.
La obra está organizada en cuatro partes, cada una precedida por una breve meditación que establece la clave espiritual del conjunto. En ellas se articulan la soledad habitada, la transformación interior por el fuego divino, la presencia de María como “sombra fresca del mediodía” y un gesto final de anunciación, donde la palabra poética se vuelve humilde mediación de una luz recibida.




La obra ganadora
Contemplaciones, escogido entre los diez finalistas, es un libro integrado por cuatro secciones y compuesto por “hermosos sonetos, liras y algunos poemas de verso libre”.
Dios “habita en el corazón del poeta”, y por ello en los versos se despliegan diversas gradaciones de su vida interior, donde “lo celeste aparece ya anticipado”.
El poemario está atravesado por el anhelo de poder ver a Dios. El poeta reconoce su condición de mendigo de luz, obligado a buscar entre sombras —“Iba buscando al anochecer / el brillo de tu Rostro entre rastrojos”—, y plantea preguntas esenciales sobre la fragilidad de lo creado.
La conclusión es clara: solo lo divino permanece.
En conjunto, la obra “traza un ascenso amoroso hacia un Dios cercano del que no se duda”, y la sección final ofrece una reflexión teológico-vivencial que invita “a la escucha, al silencio receptivo y a la certeza de que, en lo más íntimo del ser, la sed, la luz y el vivir diario se corresponden”.










Una celebración de la palabra orientada a la trascendencia
En su mensaje, Luis Casasús, Presidente de la Fundación y del Jurado, expresó su reconocimiento a los participantes por “su esmero en intentar donar y expresar poéticamente lo mejor de sí mismos”.
Recordó que la poesía verdadera posee un carácter transfigurador y señaló que los poemarios finalistas “invitaron a un ritmo de escucha y silencio”.
El acto estuvo presidido por Marcin Kazmierczak Lach y contó con la presencia de distintas personalidades del ámbito académico y cultural. Tras la lectura del Acta, Marcin Kazmierczak y Luis Casasús entregaron al ganador la medalla conmemorativa y el diploma, y Jesús Martínez García leyó una selección de poemas de Contemplaciones.
Un evento generador de palabra poética
El acto concluyó con un Ateneo Poético-Musical, en el que se recitaron poemas “escritos a Dios” y se interpretó una pieza pianística compuesta para la ocasión.
En esta edición, el Premio dio ocasión de promover una iniciativa académica en el marco de una asignatura dedicada al poder terapéutico de la belleza. A partir de ella, los estudiantes de la Universitat Abat Oliba fueron invitados a escribir una poesía dirigida a Dios —al Dios en quien creen, ignoran o anhelan, o incluso al Dios en quien no creen—, y la respuesta sorprendió por su honestidad y frescura.
Diez de esos textos se compartieron en el acto de clausura y se dio lectura a estos poemas, convirtiendo el evento en un espacio creativo donde la palabra encontró nuevas voces.
La edición 2025 confirma así su capacidad para reunir sensibilidades diversas y abrir un horizonte de interioridad, búsqueda intelectual y expresión creadora. La fuerza generadora del Premio —la promoción de la poesía mística— se traduce aquí en nueva poesía.






Más información
La nota de prensa oficial, con datos completos y materiales descargables, está disponible en la página Recursos de la Fundación:
https://rielo.org/recursos/





