En el incomparable marco del Palacio de la Magdalena, Sede de la UIMP en Santander, se ha llevado a cabo la pasada semana el curso“El hombre y su encuentro con la verdad, bondad y belleza”, con el que se inauguraba la Escuela de Humanidades, Metafísica y Mística Fernando Rielo.
(La grabación de las sesiones del curso pueden seguirse haciendo clic aquí)
La Escuela de humanidades, metafísica y mística Fernando Rielo ha nacido con la vocación de ser un foro de diálogo en torno a los grandes temas que el hombre siempre se ha planteado desde el amplio mundo de las cultura humanística; desde el pensamiento, que se hace las grandes preguntas que involucra en su integridad a todo el ser humano; y desde su capacidad de trascendencia, que explica también su capacidad de relación consigo mismo y con todos los ámbitos de la realidad fuera de él.
Al igual que en la literatura y en el arte se habla de los grandes temas que siempre están presentes, se trate de la época que se trate, en las humanidades, la metafísica y la mística hay grandes temas que son fundamento para la persona humana y fundamento para las sociedades que aquella conforma, tales son los clásicamente conocidos como trascendentales, de ahí comenzar hablando de“El hombre y su encuentro con la verdad, bondad y belleza”. Hoy más que nunca nuestra sociedad, que es multicultural, necesita reflexionar sobre su fundamento antropológico, y establecer suelo firme donde asentarse y poder cimentar una cultura de paz y encuentros
El encuentro ha estado dirigido a profesores, doctorandos, estudiantes de masters, alumnos universitarios de las diversas disciplinas que se abordan y personas en general interesadas en las áreas de las humanidades, filosofía, espiritualidad, pedagogía, ciencias y artes.
La estructura del curso ha contemplado el desarrollo de ponencias-coloquio, mesas redondas con aportaciones de jóvenes doctores y doctorandos asistentes al curso y seminarios prácticos.
El acto de apertura contó con la presencia del Rector, César Nombela, quien alabó el sentido de las ciencias humanas que trascienden los meros datos a los que suelen ceñirse las ciencias experimentales; el Obispo de Santander, Vicente Jiménez Zamora, que destacó cómo la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, es por eso capaz de vivir los atributos ontológicos a semejanza del propio Dios; y el Presidente de la Fundación Fernando Rielo, quien subrayó la importancia de la metafísica como estudio del Absoluto que inhabita en el espíritu humano, y que le capacita para vivir la verdad, bondad y belleza frente a la mentira, la maldad y la fealdad, siguiendo a Fernando Rielo.
En su conferencia“La búsqueda del bien, la bondad y la belleza en el Quijote” Ciriaco Morón Arroyo, Premio Menéndez Pelayo 2013, fue explicando con verdadero detalle el Quijote respecto a la verdad, bondad y belleza, destacando cómo se pueden interpretar estos valores en la novela y cómo se destacan algunos personajes que las encarnan; En torno a la verdad distinguió en el Quijote: Ficción e “imitación”. La ”fantasía” de don Quijote y la “verdad” de la sociedad con la que se encuentra. La verosimilitud y la posibilidad moral en la obra. Obra de arte y verdad. En cuanto a la bondad, expuso el sentido de la locura de D. Quijote como pérdida del juicio, y las transgresiones de don Quijote al ejercer su bondad sin conciencia de las circunstancias. Alonso Quijano “el Bueno” y la bondad en otros personajes: cura, barbero, bachiller, Sancho. La bondad del libro, o sea, la postura del autor ante las virtudes y vicios: La Celestina, libros de caballerías, etc.; y en torno a la belleza trató sobre la doble definición de belleza en la escolástica: quae visa placent y “proporción, claridad y cierta magnitud” (Quijote I, 47), y el objetivo de Cervantes de “hacer un libro hermoso” con un sujeto que es “el caballero de la triste figura”. Como conclusión: Verdad, bondad y belleza: la maestría del Quijote como obra de arte.
José Peña González, director del Instituto CEU de Humanidades “Ángel Ayala” reivindicó “El papel de las humanidades en la formación integral de la persona humana”. Para ello realizó un análisis de la evolución experimentada en el concepto y valoración del hombre como persona y la aportación de los principales intelectuales que han reflexionado sobre ello, centrándolo en cuatro cuatro grandes autores como Newman, que entendía la unión de cienciasy letras bajo la teología; Ortega con un deseo de formación de las personas para formar élites de gobierno; Ratzinger, que aúna la soledad personal con una solidaridad que tiene como modelo a Dios, y Lewis que desea no sólo expertos sino hombres que puedan expandir el carácter humanitario. En su reflexión destacó la importancia del papel de la Universidad y de fijar la misión de la misma en la situación actual caracterizada por la devaluación de las disciplinas humanísticas en los vigentes planes de estudio de la mayor parte de las universidades europeas en contraste con la reacción que se está produciendo en el ámbito de las universidades anglosajonas. En este sentido subrayó cómo el Plan Bolonia ha supuesto un ataque frontal a las disciplinas humanísticas.Expuso después la viabilidad del estudio de las Humanidades y destacó la importancia de las mismas en orden al establecimiento de fijar con claridad los objetivos de la educación.
Mar Álvarez Segura, psiquiatra y profesora de la Universidad Abat Oliba CEU, expuso en su ponencia “Aspectos terapeúticos de la sicoética” las líneas básicas de esta nueva disciplina llamada sicoética que ha sido definida por Fernando Rielo. Para este cometido hizo un recorrido histórico de las muy valiosas aportaciones que durante el último siglo han desarrollado determinados psicólogos y psiquiatras, que rechazaban —desde sus distintas perspectivas– la separación entre ética y psicoanálisis como son Adler, Allers, Horney, Caruso y Martín Echevarría.Expuso las repercusiones de la sicoética en la comprensión de los trastornos neuróticos y sobre todo en la comprensión de psicopatología como los mecanismos de defensa y la configuración de la personalidad alrededor de los vicios clásicos. Por último destacó la actitud que debería adoptar tanto el terapeuta como el paciente para la superación de ciertos desequilibrios psicológicos.
La directora del curso, directora del Aula de Pensamiento de la Fundación Fernando Rielo y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, Juana Sánchez-Gey Venegas introdujo su ponencia sobre “La enseñanza de las virtudes en el siglo XXI” con una reflexión sobre algunos diálogos platónicos en los que se afirma el Bien como modelo del que participan las virtudes; centrándose después en la obra de Gardner, que da título a la ponencia, en la que defiende que la naturaleza humana conoce el bien y lo distingue del mal, aunque exige para ello que existan modelos de conductas que no perviertan aquel. Destacó la aportación de Fernando Rielo sobre la experiencia originaria humana como una experiencia espiritual por la que el ser humano tiene como distintivo la consciencia extática. Esta consciencia es dialógica y hace capaz al ser humano de potenciar todas las virtudes gracias a la inhabitación de las Personas divinas, que reduce el campo instintivo y estimúlico e incrementa la capacidad de transcendencia del ser humano.
José Mª López Sevillano, Presidente de la Escuela Idente, expuso la centralidad de “El amor como forma de la verdad, bondad y belleza” según el modelo metafísico y místico que expone Fernando Rielo. Señaló, en primer término, como el escepticismo, el relativismo, el hedonismo y la confusión son actitudes negativas que se derivan de la degradación de los atributos —verdad, bondad y belleza, con sus tres virtudes: creencia, expectativa y amor– que son constitutivos de la interioridad del ser humano; y cómo sin estos la persona humana queda sin personalidad. Destacó cómo a pesar de que siempre ha habido una tendencia a tautologizar o considerar como compartimentos estancos el amor, la verdad, la bondad, la belleza, sabemos, sin embargo, que no puede comprenderse, en su recto sentido, una virtud, un valor o un atributo sin los otros. Ahora bien —se preguntó— ¿cómo abordar la relacionalidad del amor o caridad –síntesis de la creencia o fe y de la expectativa o esperanza– con la verdad, bondad y belleza?Respondió a esta importante cuestión desde el pensamiento de Fernando Rielo, partiendo de la distinción entre ciencias experienciales y ciencias experimentales para centrarse en el principio que aporta todo conocimiento al hombre que es la inspiración, que le otorga el Modelo Absoluto. Este con su acto inspirador, le otorga al hombre codificadas la verdad, bondad y belleza inseparablemente. Este acto que, con su codificación, se da a la libertad humana puede degradarse por la tendencia egotizadora; por tanto, la verdad, bondad y belleza pueden degradarse en sus contrarios, pero nunca de forma absoluta.
Subrayó, por último, cómo para Fernando Rielo, la constante formal del método es la que diferencia a unas ciencias de otras: para las ciencias experimentales, la constante es la unidad de medida y su corroboración por la experiencia tecnológica y el experimento; para las ciencias experienciales, es la unidad de vivencia y su corroboración por la experiencia del amor formante de la verdad, bondad y belleza y el compromiso vivencial. El amor –afirma Fernando Rielo– es el motor de la vida, de la sociedad, de la historia, de la ciencia. Así como sentencia el Papa Francisco: El amor es la fuerza más grande de transformación de la realidad.
En las mesas redondas se trataron dos temas de hondo calado: el hombre y su sed de verdad, y el hombre y su búsqueda de sentido, en el que intervinieron respectivamente: Carmen García Viyuela, Vicepresidente de la Fundación Fernando Rielo, Ciriaco Morón Arroyo y Ramón Emilio Mandado; y José Peña González, Mar Álvarez Segura y Alberto Pérez Camarma.
Para Fernando Rielo la verdad, en su más estricta profundidad, en su definición metafísica, es el mismo Modelo Absoluto, que se constituye en fuente de toda verdad, de toda vida, de todo ser, de toda realidad. La gran misión de la persona humana es ir descubriendo la verdad de Dios en la creación, en sí misma y en todo aquello que surge de su espíritu y de sus manos. La verdad absoluta es la que da unidad, dirección y sentido a toda otra verdad que el ser humano va descubriendo. Por ello, la verdad tiene que ser inspirada en su vivencia y experiencia.
Las tardes se dedicaron a Seminarios para la lectura de textos de filósofos contemporáneos en torno a la verdad, bondad y belleza, a cargo de José Mª López Sevillano; y a textos de literatos de la generación del 98, y en concreto al llamado Grupo de los Tres, en torno a estos trascendentales, a cargo del profesor de la Universidad Complutense Ramón Emilio Mandado
“La belleza que nos trasciende. Por el camino del arte sacro: poesía, música y pintura”fue el título de la sesión dedicada a la reflexión y a la emoción estética, ya que se intercalaron momentos de reflexión sobre el vínculo arte y belleza y momentos de recreación estética a través de un homenaje a la figura del Greco, a través de algunos de sus cuadros más relevantes; de un recital de poesía mística, homenaje a Santa Teresa de Jesús en su Vº Centenario, a Fernando Rielo en el 10º Aniversario de su fallecimiento y a algunos poetas ganadores del premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística; y al ganador del IV Premio Internacional de Música Sacra Fernando Rielo, Antonio Noguera Guinovart, profesor del Conservatorio Municipal “Ataulfo Argenta” de Santander, quien expresó el vínculo en su música de creación y fe, de inspiración y obra musical, que pudimos apreciar en la audición de su Pater noster Op. 114
En la clausura del curso y antes de la entrega de los diplomas a los alumnos matriculados, Fernando Luis Saavedra, jefe del gabinete del Rector, en nombre de este, manifestó la satisfacción de la UIMP de contar con la Escuela de Humanidades, Metafísica y Mística Fernando Rielo y el interés de irla desarrollando e ir dando a conocer los distintos aspectos de la vida y obra de Fernando Rielo en próximos cursos.
