Roma, 16 de diciembre de 2010
Ayer en el incomparable marco de la Embajada de España cerca de la Santa Sede tuvo lugar el acto de entrega del XXX Premio Mundial Fernando Rielo al poeta Antonio Villaverde Gil (Guadalajara, España), por su poemario Al amor de tu lumbre.
El Excmo. Sr. Embajador, Francisco Vázquez, como anfitrión, dio la bienvenida a los asistentes y manifestó su estima por el significado cultural de la obra de la Fundacion Fernando Rielo.
El acto estuvo presidido por el P. Federico Lombardi, Director de la Sala de Prensa del Vaticano, quien destacó en sus palabras cómo a menudo el Santo Padre, Benedicto XVI, evoca la poesía mistica, sobre todo actualmente en sus audiencias de los miércoles, dedicadas a las santas místicas del medioevo. Subrayó la necesidad de la poesía en el mundo en el que vivimos, mundo de actividad frenética, invadido por palabras superficiales y en el cual falta la pureza. “El poeta -dijo- es el servidor de la dignidad de la palabra.” Y “el poeta mistico, él que ha descendido en lo hondo y ha tocado la verdad de la experiencia de amor con Dios, se hace un amigo, un acompañante, alguien que te ofrece las palabras que buscabas y necesitabas para volver a encontrar el camino para hablar con Dios.”
El acto contaba además con dos grandes especialistas italianos en la mística, la profesora María Rosario del Genio y el P. Luigi Borriello, Carmelita Descalzo, gran estudioso de la mística, quien formó parte del Jurado.La profesora del Genio subrayó en sus palabras que el poeta es quien puede describir la vida mística, porque aquél es capaz de transfigurar la realidad con un lenguaje no cotidiano, que va de la metáfora a la paradoja para lograr superar la incapacidad del lenguaje común, que por eso mismo resulta suversivo… Pero al poeta –seguía diendo la profesora del Genio- se le perdona el uso impropio de la gramatica y de la sintaxis y, por ello, él puede expresar lo inexpresable. No solo porque se sale de los esquemas sino porque su decir puede tocar la fibra más íntima del ser, el de la racionalidad pura, y despertar el místico que vive en todo hombre.
El Secretario Permanente del Premio, José Mª López Sevillano, leyó el acta del Jurado destacando el gran nivel de las obras presentadas (208 de 32 países y, especialmente de las 12 finalistas). El Jurado, además del galardón a la obra Al amor de tu lumbre del poeta español Antonio Villaverde Gil (Guadalajara) otorgó dos menciones de honor a la poeta colombiana Adela Guerrero Collazos por su obra El amor me habita y al cubano Roberto Méndez Martínez por su poemario Cánticos para la luz de otro siglo.
El galardonado, Antonio Villaverde Gil, agradeció con gran emoción el Premio recibido. Explicó cómo este libro surgió de su experiencia durante la enfermedad del cáncer que ha padecido y que le llevó al borde de la muerte, y le llevó también más que nunca a hablar con Dios y vivir en su presencia el misterio de la inspiracion. Y leyo algunos de los poemas de su libro Al amor de tu lumbre.
Cerró el turno de intervenciones el Presidente del Premio y de la Fundación Fernando Rielo, Jesús Fernández Hernández, quien teniendo muy presente al creador del Premio, Fernando Rielo, en su mensaje para esta edición en la que el Premio cumple 30 años, afirmó que “este caminar hacia la gran Poesía hace que la poesía mística, lejos de reducirse a moldes culturales, estructuras lingüísticas, actitudes seudo-religiosas o incoherencias racionales o afectivas, es el primado de toda poesía, la poesía por excelencia, porque en ella tienen cabida y se potencian todos los valores estéticos, lingüísticos, culturales, religiosos, sin excluir ninguno. Por eso, la poesía mística es abierta, dialogante, oracional, diaconal, profética. No está al servicio de la palabra, de la cultura, de la sociedad, de la historia, de la religión, sino al servicio de la hermosura del amor, que, con su potencia creadora, es quien libera de escoria a la cultura, pacifica a la sociedad, interpreta correctamente la historia, purifica a la religión.”
El acto, que ha sido un homenaje a la poesía y a la mistica, concluyó con un magnífico concierto del cuarteto de cuerda “Rea”.