LUIS VALVERDE MALDONADO. Es Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Central de Madrid, especialidades de Filología Románica y Filología Italiana. Ha dedicado su vida a la enseñanza, primero en Madrid, después en Cáceres y por último, en distintos institutos de Cádiz, desempeñando la coordinación del Área de lengua, lenguas clásicas, modernas y español, y la jefatura del Seminario de Lengua y Literatura. Es nombrado por la Universidad de Cádiz, Coordinador de la Literatura y de Lengua Española de COU. En los últimos años ha sido profesor de Literatura en la UNED de Cádiz. Ha realizado la edición de los Cuentos de Fernán Caballero / Cecilia Böhl de Faber; edición de Luis Valverde Maldonado, [Cádiz] : Biblioteca Andaluza de Arte y Literatura, 1997. Ha impartido numerosas conferencias a sus alumnos y profesores de los institutos a los que ha dedicado su vocación, así como en actos de la Universidad o del Ateneo de Cádiz.
COMENTARIO DEL JURADO SOBRE LA OBRA CLEOFÁS QUE HA OBTENIDO LA MENCIÓN DE HONOR :
Son setenta ágiles sonetos donde el poeta muestra bien su oficio, hilvanando la esperanza con el amor y la confianza a partir de la conversión. Es poesía dialogal, vivencial: “Hoy tú no estás… estabas aquel día / (…) / Cuando sembrabas nubes, ¡con que empeño!, / Sobre la amanecida de mi llanto”. Interesante el deseo de redención del cuerpo, señalando la necesidad del paso del concepto de enemigo al de templo: “yo te bendigo, pobre cuerpo triste, / con esta voz que te llamó enemigo. (…) / templo de Dios, mi surco de esperanza”. Sencilla intimidad con Dios: “Señor, déjame ver…
Noticia en otros idiomas:
Luis Valverde Maldonado’s Biographical Data Honorable Mention for his Work “Cleofás” [Cleophas] |
DONNEES BIOGRAPHIQUES DE LUIS VALVERDE MALDONADO MENTION D’HONNEUR, AVEC SON OEUVRE |
Luis Valverde Maldonado, Cleofás
(2 sonetos)
¿De qué me has hecho? ¡Ay Dios!. De qué me has hecho.
Si agonizar es el vivir que vivo…
De qué me has hecho, ¡Ay Dios!, si estoy cautivo
de tanta agonía en tanto estrecho.
Con qué derecho, ¡Ay Dios!, con qué derecho
otros, con tanta nave, en tan pasivo,
tan apacible mar; yo, en tan esquivo,
sin nave, en mar tan ancho, tan deshecho.
Más leña soy si más ardiente el fuego;
si más furioso el viento, menos hoja;
si más hondo el dolor, la voz más floja,
casi ni voz, casi no queja luego…
Aquí estoy… Tú me ves… Esto te entrego:
un silencio transido de congoja.
Mi mensaje te mando en la argentina
serenidad azul de la mañana,
y es mi voz temblorosa más humana
cuando quisiera entonación divina.
¿Quién tuviera tu voz, voz cristalina
del manantial que entre peñascos mana?,
¡Quién la hermosa cadencia sobrehumana
del arroyo en su marcha saltarina!
¡Quién de la brisa, el cantarín acento,
quién de la noche, la plegaria grave,
quién de los mares, el murmullo lento!…
Tú sabes Madre, que mi voz no sabe
decirte mi querer… ¡Quién fuera ave,
quién fuera manantial, quién fuera viento!